Thursday, February 16, 2012

En ese instante llegan sonidos de cristal

 En ese instante llegan sonidos de cristal
cubiertos de vivencias forman la filigrana
de las pérdidas negras y los logros azules
como un amanecer que disfruta sus laderas.

Colador de segundos felices o divinos
de los que duran toda la vida y atrapados
quedan inolvidables todos los días cuando
arden en las paredes de la memoria amiga.

Y mañana con otros relatos sobre hierros
desconocidos suplen su total transparencia
en la ausencia dañina y placentera apartada.

Aunque se dominara con las metas el mundo
la consecuencia traba amistad con el silbido
quizá desconocido de la escasez en boca.

Sin hombre y sin sombra

Sin hombre y sin sombra
el campo se asombra
si se limpia a mano
el monte y el llano
de adicta región
al fotomatón
que rebusca el reto
máximo respeto.

El Sol que madruga
plancha solo arruga
de ese campo arado
detrás del vallado,
la mano acaricia
esa hora propicia
que besa y que abraza
en calle y en haza.

Es tierra que espera
la puerta y cartera
de cristal de cuarzo
otra vez en Marzo,
busca y no la encuentra,
no sale ni entra
la luz en la piedra
que cubre la hiedra.

Figuras de la luz salinera

Figuras de la luz salinera
brotan en fuente y por los jardines
mantienen galgos contra mastines
carrera de franqueza altanera:
si no se rescata tal vez muera
la sombra de la letra canina
enamorada de bailarina;
como ironía de farolillos
infinitos quedaron perrillos
abandonados en la salina.

Iba yo a cucurumbillo

Iba yo a cucurumbillo
en la casilla laguna
una noche de gran luna
y me encantaban los grillos
como a los otros chiquillos;
pero fui de los que hay poco
y me educaron unos locos
que antepusieron siempre
mi felicidad a la suya
en la tierra del barroco.
ECIBERLAN: Brilla como los árboles cargados
ECIBERLAN: Brilla como los árboles cargados

Brilla como los árboles cargados

Brilla como los árboles cargados
con el fruto bravío ya maduro,
en moderno trineo del futuro
rápido que desciende varios grados.

Es su figura fría en la distancia
como las cuentas negras de un collar,
y es salvaje el amor impopular
como el cielo que se siente en la infancia.

Un resplandor que a veces con la lluvia
habita en chapuzón desde el encanto,
desde el candado tiempo y entretanto
la luna enamorada es toda rubia.

La infinita espiral detuvo arranque
el temblor de la selva en las cabañas,
revolotea en su orden más extraña:
frotar con un silencio en el estanque.