Wednesday, May 09, 2012


Mayo el paso que obliga

En mi amada isla exija,
cuando cante el serviola:
meriendo coca-cola
--en la tierra de arija
navega y me cobija--
y una torta de aceite
para el mayor deleite,
de San Martín de Porres,
casi todas las tardes,
y sin muchos alardes;
para ver quien más corre,
subo a todas las torres
de mi buque natal
y como un colegial
paseo por la plaza de las flores,
justo enfrente a correos,
y con el balanceo
próximo a labradores,
saben los miradores
que en mi cartera presa
te llevo una promesa,
me impulso con palancas,
con la mancha acelero
mis pies aventureros
que se apoyan en zancas.
Las piedrecitas blancas
se alegran de acogida
con la misión cumplida.


José Pómez