Thursday, June 19, 2014

Una ánfora abocada

Una ánfora abocada
sobrevuela sin yermo
la oscuridad suprema
del exterior cercano,
la consuela la noche
con mirada de abrazo,
resplandece anhelante
en corriente cercada.

Y como una ágil roca
lleva el compás alegre
con las palmadas mudas
que habla el atrevimiento.
Suplicante y herida
en el transcurso tierra
juega con la torpeza
de unas flores esclavas.

Carril de fresca fuente,
lisa sombra de plata,
reclamo de regazo,
se aleja y la abandona.
¡Y otra vez más violín!
como un ave nocturna
rehuye de la luz
parpadeante y grave.

José Pómez